martes, 24 de abril de 2012

LA EVOLUCIÓN DEL VOTO DE LA MUJER

En la antigua Grecia, a pesar de ser la cuna de la democracia, existía el machismo, y a la mujer, al no ser considerada ciudadana de la polis, no le estaba permitido votar ni ser elegida representante. Ellas nunca protestaron ni intentaron ejercer su derecho como personas que eran, al igual que los hombres; así que en la Grecia clásica, la mujer era un simple objeto para prolongar la especie. 
En Roma, la mujer también estaba discriminada, no tanto como en Grecia, pero aún así, carecía de la mayoría de los derechos que los hombres tenían.
La mujer continuó igualmente discriminada durante la Edad Media, donde estaba rigente la ley sálica, en la que la mujer no tenía derecho al trono aunque fuera la primogénita hija del rey; al trono solo podían subir los hombres, y, lamentablemente, en España aún sigue rigente esta discriminatoria ley. 
En la Revolución Francesa, la monarquía fue derrocada y el pueblo tomó el mando con el documento de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. Olimpia de Gouges, una burguesa liberal, feminista e independiente, aprovechó la ocasión para escribir la Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana, en la que defendía la igualdad de derechos y libertades entre hombres y mujeres, en ámbito jurídico y legal. Su escrito fue denegado y rechazado por los cabezas de la Revolución, incluso por los de mentalidad más abierta. Olimpia fue ejecutada por los cabezas de la revolución por apoyar los Girondinos.
En la Inglaterra del 1792, Mary Wollstonecraft escribió Reivindicación de los Derechos de la Mujer, donde luchaba razonadamente por los derechos políticos de la mujer. Los miembros del Parlamento, los políticos, y hasta la reina, se opusieron a los proyectos que exponía el libro. Sólo el movimiento de reivindicación de los derechos para la clase trabajadora y algunos liberales apoyaron sus ideas.
A principios del siglo XX, también en Inglaterra, se formó la WXPUI (Women Social and Political Women); una organización de mujeres de mentalidad liberal que ejercían presión mediante huelgas de hambre y marchas de protestas para conseguir sus propósitos de igualdad. Fueron reprimidas cuando comenzó la Primera Guerra Mundial.
Precisamente en la Primera Guerra Mundial, las mujeres demostraron lo que valían, y esto les dio el derecho a sus derechos electorales.
En 1919, Alemania consagró el voto de las mujeres. En Canadá se permitió en 1918 y en Estados Unidos, en 1920.
En cambio, en España el voto femenino lleva muy poco tiempo implantado (desde 1931), además, que el machismo está muy presente a pesar de nuestro derecho al voto. Montones de mujeres en el mundo son maltratadas por sus maridos o novios, vendidas como esclavas y casi siempre en inferioridad de derechos frente a los hombres, en ámbito político, judicial y moral. El feminismo, al contrario de lo que piensa mucha gente, es el deseo de igualdad absoluta entre hombres y mujeres, no su superioridad. Aun así, a día de hoy, la mujer en el mundo laboral tiene menos oportunidades; en otros países el machismo es realmente atroz, hasta el punto que una mujer violada puede ser ejecutada por supuesto adulterio. Afortunadamente, vivimos en un país en el que las condiciones de las mujeres son mucho mejores que las de otros países, pero hay que continuar inculcando el feminismo hasta que la igualdad entre sexos esté presente en todo el mundo.

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